
Resulta curioso de la historia, que el chico explicara que vio primero «una especie de bola de fuego» para luego sentir el impacto y posteriormente oír un gran estruendo, el efecto típico cuando algo se mueve a velocidad supersónica y se ven sus efectos antes de recibir el sonido. Han calculado que impactó a unos 48.000 kilómetros por hora.
Las autoridades señalaron que la roca no golpeó al muchacho directamente, puesto que si así hubiera sucedido, el meteorito le habría arrancado un brazo o lo hubiera matado.
La probabilidad de que esto suceda seguramente es menor de que le toque la lotería, aunque en un artículo del Telegraph lo sitúan en «una entre un millón» lo cual lo haría incluso más probable que ganar la loto.
En Some Meteor Near Misses hay una lista que se publicó en 1992 de impactos de meteoritos contra personas, animales, vehículos y edificios; también en What Damage Have Impacts Done to Humans in Recorded History hay una buena recopilación, incluyendo algún caso en España.
El resumen es que al cabo de un siglo se contabilizaron unos 60 impactos contra edificios, personas y animales, de los cuales en 25 el meteorito cayó muy cerca de las personas (a menos de 100 metros) aunque ninguno de los incidentes fue fatal. El siguiente vídeo del impacto de un meteorito en Edmonton, Canada, al parecer filmado casualmente desde un vehículo, fue difundido en todas las televisiones del mundo.

Y no es por faltar a la modestia, pero poseo un meteorito de tipo metálico (constituyen un 6% del total) y del tamaño de una manzana que proviene de mi familia (se recuerda que ya lo tenía mi bisabuelo o tal vez sea anterior a él).
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