

Son extremadamente resistentes y pueden sobrevivir en estado de letargo durante décadas. En los años 50 un científico holandés revivió algunos tardígrados secos que llevaban en una hoja de helecho desde el siglo XVII.


Pero recientemente los pequeños osos de agua han vuelto a asombrar al mundo. Ahora, la Agencia Espacial Europea los ha enviado al espacio y los ha sometido a la falta de oxígeno, a temperaturas cercanas al cero absoluto y a una exposición de radiaciones cósmicas 1.000 veces más potentes que en la Tierra. Y los pequeños osos no sólo han sobrevivido, sino que han mantenido intacta su capacidad reproductiva.
Comprender "cómo han sido capaces de revivir" después de todo esto es, según los expertos, un auténtico "misterio".