
Estos arriesgados trabajadores, una vez sobre el objetivo, extraen una vara metálica con la que descargan de electricidad el helicóptero y genera un campo protector. Así, en el interior de una gigantesca jaula de Faraday, tanto el operario como el helicóptero pasan a formar parte de ese millón de voltios que circulan hacia el sur.

Las imágenes pertenecen al documental Straight up y muestran el trabajo habitual de revisión de las líneas de alta tensión en algún lugar de EEUU.


Pero la maniobra no solo es peligrosa para el técnico. La aproximación del helicóptero a los cables requiere una gran destreza por parte del piloto, ya que cualquier maniobra podría acabar con las aspas rozando los cables y con la aeronave estrellada contra el suelo. En algunos lugares, los cables están situados a una altura de más de 60 metros.