Cada virus tiene una composición genética que va cambiando a través del tiempo, gracias a ciertas mutaciones que se van dando dentro de su genoma. Determinando el origen de cada mutación podemos llegar a trazar un mapa de como se propagó a través del mundo desde su origen, tal como lo podremos ver en el siguiente video:
Para trazar el origen de cada mutación basta con secuenciar determinados marcadores genéticos, en este caso los genes correspondientes a la Neuraminidasa (N1) y la Hemaglutinina (H1), y compararlas usando herramientas bioinformáticas de alineamiento de secuencias para poder determinar su árbol evolutivo y ver su origen.
Luego aplicamos otras herramientas biomatemáticas para determinar la velocidad en que el virus se propagó usando datos de vuelos aéreos, número de infectados por región y otras pruebas estadísticas que ayuden a elaborar este perfil.