sábado, 28 de febrero de 2009

Terribles mujeres rusas

Es famosa la historia de los francotiradores rusos Vasily Zaitsev e Iván Sidorenko, quienes durante la invasión alemana a Volgogrado -antigua Stalingrado- y la campaña Este-Europea hicieran famosa la frase “un tiro, una muerte” a causa de su destreza con el rifle. Sembraron el terror en las tropas alemanas al causarles más de 500 bajas cada uno, de la manera de eliminación más silenciosa y psicológicamente denigrante: el tiro efectivo a distancia.

Sin embargo, ante la cantidad de bajas sufridas por Rusia (se calcula un ratio de 26 soldados rusos muertos por cada soldado alemán) y, considerando que el 75% de las bajas alemanas tuvieron lugar en el frente este-europeo, varias mujeres fueron alistadas en puestos especiales del ejército soviético.

Natalia Kovshova

Maria Polivanova

Dos de estas serían Natalia Kovshova y Maria Polivanova quienes formarían un equipo de tiro y cálculo de tiro: la persona que asiste al tirador, o en este caso tiradora, informándole de las variables ambientales y climáticas así como de las cercanías al blanco. Kovshova causaría más de 300 bajas entre las fuerzas alemanas.


El descubrimiento de la presencia de éstas mujeres francotiradoras hizo que la moral del ejército alemán se deteriorara, puesto que el nivel de precaución básico se debió incrementar a niveles extenuantes. Además de vigilar a los hombres de los poblados, también debían hacerlo con las mujeres que, a causa de la guerra, superaban ampliamente al número de hombres.

Su leyenda crecería aun más cuando fueron liquidados cinco francotiradores de élite del ejército alemán que habían sido enviados exclusivamente en su búsqueda, así como también más de 20 oficiales de rango y 10 oficiales de alto rango del Tercer Reich.

Roza Shanina

Nina Lobkovskaya

Otras dos francotiradoras muy famosas, ya que no superaban los 20 años y eran físicamente muy atractivas, fueron Roza Shanina con 59 bajas y Nina Lobkovskaya con una estimación de 89 a 95 bajas enemigas.

Roza Shanina

Un dato interesante es que generalmente se escabullían en territorio controlado por las fuerzas opositoras disfrazadas de campesinas o pastoras, llevando sus rifles desarmados en canastas o entre las pieles de las ovejas.

Lyudmila Pavlichenko

No obstante, la francotiradora solitaria más mortífera de todas sería Lyudmila Pavlichenko (1916-1974) quien acumularía 309 muertes, entre alemanes y rumanos. Destacó la baja de un general de campo alemán. Uno de sus modos de operación más eficiente era el de aprovechar su poco peso para ocultarse en las copas de los árboles, controlando y atacando las rutas de abastecimiento utilizadas por los alemanes.

Fue retirada debido a las heridas sufridas por las esquirlas de un mortero en 1942, siendo nombrada Heroína de la Unión Soviética.

Inna Mudretsova

Mariya Oktyabrskaya

Maria Aleksejevna Koškina

Marie Jalková-Lastovicka

Destacó tambien Inna Mudretsova, con 140 blancos. Existieron además muchas otras: Maria Aleksejevna Koškina, Mariya Oktyabrskaya, Roza Shanina, Marie Jalková-Lastovicka, Lidia Gudovancheva, Alexandra Silyakova... que causaron más de 50 bajas al enemigo cada una de ellas.

¿Y quién diría que esta anciana señora de aspecto amable y bondadoso es Lyudmila Pavlichenko, una letal francotiradora con más de 300 muertes a sus espaldas? Así son las cosas...