domingo, 17 de enero de 2010

Gino Rubert y las portadas de Stieg Larsson

Está por todas partes, miren por donde miren se encontrarán con su mirada dura y penetrante. Probablemente haya sido la cara más vista del anterior año en España, y eso ya es decir mucho. Y me refiero a esa mujer enigmática y fría que ilustra las portadas de los famosos libros de Stieg Larsson, portadas realizadas por Gino Rubert, que no se imaginaba la que le venía encima.

Gino Rupert

Dicen que la mayoría de las compras espontáneas de libros se deben a las portadas. ¿A quién no le ha pasado? Todos ustedes, en mayor o menor medida, han leído la contraportada llevados por una ilustración o fotografía especialmente llamativa.

Gino Rubert nació en México en 1969, pero es catalán de adopción. Sus obras se mueven entre la pintura y el collage, y recrean un mundo desasosegante. Sus mujeres son duras y perversas, y él simplemente se deja caer por las ilustraciones. Fetichista absurdo y malvado, Gino Rubert reconoce que en su obra se mueve ‘entre el gusto y el miedo’.

Y no deja de ser curioso que la chica de las portadas, de mirada fría y oscura, tiene identidad real. Se trata de Tamara Villoslada, actriz argentina y ex del artista, que ha visto como por arte de magia se convertía en Lisbeth Salander de la noche a la mañana, apareciendo en las librerías y bibliotecas de todo el mundo.

Fue en 2007 cuando los representantes de la editorial Destino se pusieron en contacto con Rubert para que realizara las portadas. Él les contestó que no podría crear nada nuevo, pero que eligieran de lo que ya tenía. Y así se hizo.

La fama y la gloria, afirma, no le afecta, y asegura que su vida no ha cambiado en nada. De momento está exponiendo en Berlín y, al parecer, presenta una agenda muy apretada.

Web oficial: Gino Rubert


Anexo: Crítica personal sobre “Los hombres que no amaban a las mujeres” de Stieg Larson, Destino (2008)

Mi opinión personal sobre esta novela discrepa de la gran mayoría, y es muy negativa. Sabemos que los best seller no suelen coincidir con libros que merezcan la pena leer, pero este se lleva la palma.

Siempre he sido amante de la novela negra en su concepto clásico, y he leído muchas de ellas, sin embargo no puedo tolerar este tipo de excesos, atrocidades y desatinos. La considero una obra pérfida y perversa, indigna en su género y en la que se pierde por completo todo valor positivo que pueda enriquecernos. ¡Señores, la literatura es otra cosa!

No entiendo el fenómeno mediático que hay en torno a la trilogía Millennium del autor sueco. El inesperado fallecimiento del autor y la agresiva operación de marketing son los únicos motivos que se me ocurren para haber dotado de tal relevancia a este libro.

Resumiendo, una obra literaria bastante penosa y decepcionante, en el que predomina la brutalidad, la violencia, el sexo, la aberración... Nuestra sociedad debe de estar muy enferma cuando triunfa una obra de estas características.

Me obligué a terminar el primer libro, ya que no fueron pocas las tentaciones e intentos de abandono, pero... no voy a leer ninguno más. Sinceramente, no lo puedo recomendar.

A los que todavía no lo han leído les advierto: no se dejen engañar por los cantos de sirena o acabarán en los sirenum scopuli, como casi ocurrió a los argonautas.