Este aumento de las temperaturas afectaría antes a la superficie terrestre que a los mares, y sería más notable en las latitudes más altas, especialmente en el Ártico.
Algunas de las consecuencias supondrían una considerable reducción del agua potable, un mayor número de incendios e inundaciones y alteraciones en los ecosistemas y hasta en el ciclo de carbono, que vería reducida su capacidad para absorber el CO2 de la atmósfera en un 70 por ciento.
Más cercano a todos nosotros, la Universidad de Sevilla y Greenpeace España han editado conjuntamente, en mayo del presente año, la monografía La Crisis del Clima (en formato [.pdf]) en el que detallan los efectos que el cambio climático ya tiene en España.
Resulta interesante (y dramático) ver cómo estos impactos afectan a sectores productivos como el mejillonero en Galicia o cómo está variando el mapa vitivinícola, sector de gran peso en nuestra economía.