Siempre me ha intrigado y fascinado este grabado, reproducido en numerosas ocasiones y en múltiples versiones, y conocido como el grabado Flammarion .
Un peregrino llega a los confines de la Tierra, asomándose a través de la cúpula celestial al exterior, y observa maravillado la maquinaria que hace funcionar el Universo.
Camille Flammarion publicó en 1888 un libro titulado "L'atmosphère: météorologie populaire" donde se incluye el grabado junto con la inscripción «Un misionario de la Edad Media afirma que ha encontrado el punto donde el cielo y la Tierra se tocan...». La imagen acompaña a este otro texto: «Qué es entonces esta bóveda azul, que ciertamente existe y nos impide ver las estrellas durante el día». A pesar del nombre, no hay pruebas concluyentes de que el enigmático dibujo sea obra de Flammarion como podría suponerse, el origen real y autoría del grabado es un tema controvertido.
«El grabado es descrito incorrectamente en numerosas fuentes como un trabajo medieval debido a la visión simple del mundo e incluso considerada una ilustración de la Tierra plana. Sin embargo fue producida más tarde sin duda aunque no se conoce la fecha. Flammarion era conocido también por su afición a los libros astronómicos antiguos teniendo obras de Kepler, Brahe o Isaac Newton.»