Diez años después de haber filmado la primer película de la historia, de dos segundos de duración y en la cual Le Prince probaba su cámara junto amigos y familiares, se filmó la primera película navideña de la historia, Santa Claus (1898) de G.A. Smith, padre, junto a Mélies, en la utilización de efectos especiales cinematográficos.
La misma, de una duración inferior a los dos minutos, cuenta la historia de dos hermanitos que tras irse a dormir en la víspera de Navidad son visitados por el tan esperado visitante del Polo Norte. Los efectos especiales utilizados en la misma fueron una novedad de ambición técnica sin igual para la época, teniendo en cuenta que la película tiene 110 años.
Noten especialmente la figura de Santa Claus, más fiel a la original y muy lejana al “Santa de Coca-Cola” al que estamos acostumbrados, siendo el traje utilizado por el actor, muy posiblemente verde, como la taiga de donde procede, y no rojo "Coca-Cola".