jueves, 12 de febrero de 2009

Ballenas en el desierto

Es común oír que casi toda la Tierra estuvo cubierta por los océanos, pero pocos saben que en lugares tan áridos como el desierto del Sáhara nadaron un día hasta las ballenas. Sus esqueletos, fosilizados, son la prueba palpable. Tienen nada menos que 40 millones de años.

Estos esqueletos se encuentran a 200 kilómetros al suroeste de El Cairo, en la depresión de Wadi Rayan (provincia de Al Fayum), que es uno de los conjuntos más ricos del mundo en fósiles marinos: todo tipo de conchas, caracolas, erizos y estrellas de mar, cangrejos, tortugas y dientes de tiburón.

Los fósiles han sobrevivido casi intactos gracias al extraordinario poder conservador de la arena, la misma que ha permitido también la recuperación de numerosos templos faraónicos sencillamente sepultados entre las dunas durante siglos.


El llamado Valle de las Ballenas, o Wadi al Hitan en árabe, es sólo una esquina de los 1.759 kilómetros cuadrados que ocupa Wadi Rayan, pero la existencia de estos esqueletos fósiles y su paisaje único hicieron que en 2005 la UNESCO lo declarase Patrimonio Natural de la Humanidad.

El desierto y los fósiles, conservados durante milenios en el secreto que garantiza la arena, se han convertido en una atracción turística más de Egipto, si bien dista mucho de tener la popularidad de las ruinas faraónicas o de los corales del Mar Rojo.

Y eso que el paisaje del Valle de las Ballenas es sobrecogedor: surgidos como hongos de entre la arena, montículos de formas caprichosas se elevan contra un cielo libre de nubes. El viento, que ha modelado el desierto y creado las dunas, ha dibujado extrañas cavidades en las rocas del valle.

Pueden comprobar el aspecto desolador del valle en el siguiente vídeo:



Los esqueletos de las ballenas no son el único vestigio del Eoceno, también pueden verse manglares fosilizados, que fueron los que permitieron que hubiera una fauna tan rica en las orillas del Mar de Tethis, el enorme océano que cubría gran parte de lo que hoy es desierto.


Las ballenas del Wadi al Hitan fueron descubiertas a principios del siglo XX y bautizadas como “Zeugledon”, aunque más tarde se establecieron en realidad cuatro especies distintas de estos cetáceos, la mayor de ellas de hasta 21 metros de longitud.


Lo más curioso desde el punto de vista científico es que a través de sus esqueletos se ha confirmado que estas ballenas poseían pequeñas patas que sobresalían apenas del vientre y que demuestran que estos mamíferos descendían en realidad de antepasados terrestres.

Cuando la tierra fue cubierta por las aguas, las ballenas sencillamente adaptaron su cuerpo y perdieron poco a poco unas patas que ya no tenían ninguna función.

Luego, cuando las aguas se retiraron hasta el Mediterráneo y su hábitat se transformó en desierto, ya era demasiado tarde: las ballenas quedaron varadas entre las arenas del Sáhara y esta vez sólo pudieron convertirse en fósiles.


Les dejo el enlace de un documento en formato pdf sobre Wadi Al-Hitan (Whale Valley). Pueden descargar la versión en inglés o francés. Disfruten de sus 24 páginas.

Otros enlaces de interés: 1 y 2