domingo, 18 de enero de 2009

Benjamín, el último tilacino

El tigre de Tasmania, lobo de Tasmania, lobo marsupial o tilacino (Thylacinus cynocephalus) se trata, o más bien se trataba, porque por desgracia se extinguió, de un marsupial originario de Australia (aunque cuando llegaron los primeros colonos británicos en el siglo XVIII sólo sobrevivían en la zona de Tasmania, de ahí su nombre).

A pesar de su forma de lobo y su pelaje atigrado, su procedencia nada tenía que ver con cánidos o felinos. Se trataba de un extraño caso de marsupial carnívoro, con unas mandíbulas realmente asombrosas, capaces de abrirse hasta un ángulo de 120 grados. Este hecho les permitía engullir grandes pedazos de carne y tragar de un modo más parecido al de las serpientes que al de un mamífero convencional.

Es probable que el lobo marsupial se extinguiera en el continente australiano hace aproximadamente dos mil años, sobreviviendo en el reducido hábitat de la isla de Tasmania. Se culpa de la extinción a la competencia con los humanos aborígenes y con los dingos.


Cuando los europeos colonizaron la isla, los tilacinos eran poco comunes, pero se les culpaba de numerosos ataques a rebaños de ovejas. A partir de 1909 el gobierno de Tasmania ofreció recompensas por matar tilacinos, pagó £1 por cabeza (10 chelínes por los cachorros). Se pagaron 2.184 recompensas, pero se cree que se mataron muchos más tilacinos de los que se reclamó. Su extinción se suele atribuir a estos esfuerzos constantes de los granjeros y cazadores de recompensas.

En 1910 la especie se declaró en peligro de extinción, quedando muy pocos ejemplares. Los cazadores intentaban capturar a los pocos tilacinos que quedaban ya que los zoológicos de todo el mundo pagaban grandes cantidades de dinero por cada ejemplar.

El último tilacino en cautiverio, conocido como Benjamin (aun cuando no se ha confirmado nunca el sexo), fue capturado el 1933 y enviado al zoológico de Hobart (antiguamente de Beaumaris), en Tasmania, donde vivió tres años.

Este lobo marsupial aparece en la última filmación conocida de un ejemplar viviente: unos cuantos segundos de película en blanco y negro que lo muestran deambulando en el interior de su jaula en el zoológico, tomados el 1933 por el naturalista David Fleay. Tres años después Benjamín moriría por un despiste de sus cuidadores: olvidaron cerrar la jaula en que dormía y el animal escapó y murió de frío.



El tilacino, o tigre de Tasmania, fue declarado extinto en 1986, una vez transcurridos los 50 años sin pruebas de vida que exige la comunidad científica. En Australia, cada 7 de septiembre, desde el año 1996, se celebra el National Threatened Species Day (Día nacional de las especies amenazadas) por tal de conmemorar la muerte del último lobo marsupial registrado oficialmente.

Desde el pasado año, el Museo Australiano, se encuentra embarcado en un ambicioso proyecto, clonar un ejemplar de tilacino. La idea surgió cuando se encontró en el sótano del museo un cachorro de Tilacino conservado en formol desde 1866. Se ha logrado extraer muestras de diferentes tejidos, y las muestras del corazón y del hígado fueron analizadas para determinar la cantidad y el tamaño de los fragmentos de ADN y en qué condiciones están estos para ser copiados.

Hasta entonces -si es que la empresa consigue su objetivo- tendremos que conformarnos con observar las reproducciones, más o menos fieles, que se exhiben en los museos.